Omar Farias Luces
En el zoológico de Pittsburgh, (Pennsylvania, Estados Unidos) ocurrió hace algunos días un accidente atroz. Un niño de tres años cayó a la fosa de los licaones, tras apoyarse en la verja alzado por su madre y perder, luego, el equilibrio.
No está claro si el niño murió producto de la
caída o de las arremetidas de los once canes que enseguida rodearon al infante
y tuvieron que ser apartados a la fuerza del cuerpo inerte.
El incidente ha desatado una controversia:
¿habrá sido un accidente? De ser así, es responsable la madre, por no respetar
las normas del parque zoológico, o es responsable el zoológico por no tener
suficientes medidas de seguridad. Incluso hay quienes culpan a los perros. De
nuevo entra en debate la seguridad de los recintos que albergan animales
salvajes, porque –aunque en los 40 años que han transcurrido desde su fundación
no había ocurrido nada ni remotamente similar- la crueldad de la imagen es
innegable.
El zoo permanece cerrado, los licaones (salvo
uno, sacrificado con un disparo en el acto) permanecen en su recinto, y la
madre del niño, cuya identidad se desconoce, puede enfrentar cargos de
homicidio culposo.
Lee más sobre esta noticia en: http://es.noticias.yahoo.com/blogs/gaceta-trotamundos/un-ni%C3%B1o-muere-devorado-por-perros-salvajes-en-152506828.html#more-id
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